Catalepsia.

Creo que estaréis de acuerdo conmigo en que uno de los mayores miedos que puede tener el hombre, es ser enterrado vivo. En la catalepsia la persona permanece inmóvil, sin signos vitales, parece que está muerta pero en realidad esta consciente. Según la intensidad de la catalepsia pueden ser estar poco conscientes pero en otros casos y mas espeluznante pueden ver y oír todo lo que ocurre a la perfección. Puede estar producida por Parkinson, epilepsia, cocaína, ezquizofrenia...

Síntomas: Piel pálida, rigidez corporal, sin respuesta a estímulos, el pulso y la respiración se vuelven muy lentos.

Hoy día no es posible que una persona sea enterrada viva, ya que se le realiza la autopsia, pero en el tercer mundo donde no hay tantos medios existen casos de haber encontrado ataúdes arañados.

Un dia en cuarto milenio hablaron sobre este fenómeno, por si queréis saber algo mas.

En latinoamérica hay un caso muy conocido de una joven que fue enterrada viva, llamada Rufina Cambaceres.

Para entonces Rufina tenía catorce años, era hermosa y muchos jóvenes rondaban la casona de Montes de Oca, pero ella mostraba indiferencia. El 31 de mayo de 1902 Rufina cumplía 19 años, su madre había organizado una gran fiesta y luego escucharían música lírica en el Colón. Cuando finalizó el festejo y debían partir hacia el teatro, Luisa escuchó el alarido aterrador de una de las mucamas, corrió a la habitación de Rufina y la encontró tendida en el suelo, rígida, muerta.

Un médico confirmó que había sido un síncope. Al día siguiente, Luisa e Hipólito Yrigoyen, la sepultaron en la Recoleta. Poco más tarde, el cuidador de la bóveda de los Cambaceres, avisó el macabro hallazgo del ataúd de Rufina abierto y con la tapa rota.

La versión oficial sugirió un robo, ya que la niña había sido enterrada con sus mejores joyas; pero Luisa vivió el resto de su vida torturada por la convicción de que su hija había sufrido un ataque de catalepsia y fue sepultada viva. Pues la leyenda cuenta que arañando, golpeando las paredes del féretro, logró salir y ver el cementerio desierto. Pero las puertas de la bóveda estaban cerradas.

Entonces, víctima de la desesperación, volvió a morir realmente de un ataque al corazón...Por eso, una estatua de lánguido art noveau, la representa con una mano aferrada a la reja de la bóveda, o como tratando de abrir inútilmente el picaporte de una puerta...Rufina Cambaceres esconde una pena de amor que seguramente terminó con su vida a corta edad.

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